Hogar. Esa es la palabra que me viene a la mente cuando imagino bellas estancias o cualquier lugar hermoso para vivir.
Recuerdo de mi infancia una publicación, llamada Architectural Digest, cuyo titulo rezaba Las casas más bellas del mundo. Con esas palabras ya sabía lo que podía esperar. Pues no, no lo sabía, porque al abrir esa revista entré en un mundo desconocido. Estaba fascinada pero, ¿cómo no iba a estarlo si era maravilloso? Me encantaba respirar sus hojas, con ese olor característico que tenían.
Yo entonces, por mi corta edad, no entendía pero me servía de la intuición (¡qué sabia es!) para fijarme en unos detalles más que en otros y para educar el ojo. Creo que esto es absolutamente necesario para poder apreciar cualquier obra de arte o saber elegir entre varias posibilidades que se nos pueden presentar en cualquier faceta artística. Educar el ojo, los sentidos, es educar también la sensibilidad. Y esta publicación contribuyó asimismo a mi formación en este sentido.
Nunca olvidaré las imágenes de un palacete, cuyo emplazamiento exacto no recuerdo, estaba cerca de un lago, quizás en la zona de Austria, no sé, lo que sí sé es que al ver su interior y en concreto un dormitorio percibí claramente que esa estancia tenía alma.
Desde entonces me apasioné con las decoraciones de las casas campestres inglesas, los muebles victorianos, provenzales, la suavidad de los tejidos, la luz, el blanco luminoso, las flores, los muebles decapados, ese aire etéreo… ni siquiera sabía que ese estilo decorativo tenía un nombre y siempre lo definía con conceptos de las sensaciones que me transmitían.
Hay algo especial que no quiero dejar de mencionar y es mi fascinación por las casas abandonadas. Me escapaba a jugar metiéndome en casas, villas en el campo o cualquier lugar abandonado y en ruinas. En este capítulo también tendrán su lugar.
Abordaré los estilos decorativos que más me gustan. No me inclino por las decoraciones minimalistas porque yo no soy de ese corte en prácticamente ningún aspecto. En cambio me encantan el vintage, la decoración francesa, el art nouveau, el estilo barroco, el árabe, el boho-étnico, el campestre, el shabby chic y el propio de los ranchos americanos. Todo lo que me transmita serenidad, calidez e incluso suntuosidad.
Por ello, en cuestión de decoración o arquitectura busco esa alma que hallé en la infancia en aquellas páginas, que me haga sentir que eso es, sin duda, un hogar.
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Home. That’s the word that comes to mind when I imagine beautiful rooms or beautiful place to live.
I remember my childhood a publication called Architectural Digest, whose title read The most beautiful houses in the world. With those words I knew what to expect. No, I did not know, because when you open the magazine I entered an unknown world. She was fascinated but how it would not be if it was wonderful? I loved breathe its leaves, with characteristic odor that they had.
I then, for my age, but I did not understand intuition served (what is wise!) To look for on a few more details than others and to educate the eye. I think this is absolutely necessary to appreciate any artwork or know how to choose among several possibilities that can occur in any artistic side. Educate the eye it is also educate sensitivity. And this publication also contributed to my training in this regard.
I will never forget the images of a mansion, whose exact location can not remember, was near a lake, perhaps in the area of Austria, I do not know, what I do know is that to see inside and specifically a bedroom perceived clearly that stay he had a soul, and so I defined to the astonishment of my mother.
Since then I developed a passion with decorations of English country houses, Victorian furniture, Provencal, soft tissue, light, bright white, flowers, pickled furniture, this ethereal air … did not even know that this decorative style She had a name and always defined concepts of sensations that transmitted me.
There’s something I do not want to mention and my fascination with abandoned houses. I escaped to play getting into houses, villas in the field or any place abandoned and in ruins. This chapter will also have their place.
I will address the decorative styles that I like. I am not inclined minimalist decorations because I’m not that cut in virtually any way. Instead I love vintage, French decor, art nouveau, baroque style, Arabic, boho – ethnic, the country, shabby chic and self – American ranches. Anything you transmit me serenity, warmth and even lavishness.
Thus, in a matter of decoration or architecture I look for that soul I found in children in those pages, that makes me feel that’s undoubtedly a home.
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